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La Mujer Árbol frente a sucios negocios «verdes»

27/09/2011

Wangari Maathai

Wangari Maathai, la Mujer Árbol,murió el domingo en un hospital de Nairobi donde se estaba tratando de un cáncer.

Deja tres hijas y un nieto. Estaba divorciada de un antiguo parlamentario, que se separó de ella en 1980 porque «era demasiado educada, con demasiado carácter y demasiado éxito para poder controlarla».

Era una mujer, asombrosamente joven, de 71 años. Licenciada en Biología en EE UU, fue la primera mujer que logró un doctorado en África  oriental.

Recibió el Premio Nobel de la Paz en 2004. El Comité de Oslo destacó que tuvo un acercamiento global al desarrollo sostenible que «abraza la democracia, los derechos humanos y en particular los derechos de la mujer».

Creó el movimiento Cinturón Verde que ha plantado 47 millones de árboles y ha dado trabajo a miles de mujeres africanas.

Democracia, medio ambiente y paz, los pilares de su movimiento, han logrado desde el árbol dignificar a la mujer, luchar contra la pobreza, derrocar una dictadura en Kenia y promover la paz.

A las mujeres, habitualmente invisibles, les decía:

«Si no tenéis leña, plantad árboles en vuestras parcelas. Tendréis agua, comida y madera para cocinar».

El árbol ha sido para ellas fuente de esperanza. Han pasado de sus tierras a zonas públicas, reforestando el país y cobrando un precio simbólico que las hace sentirse útiles y dignas.

El milagro de esta mujer infatigable contrasta con la escasa sensibilidad forestal en nuestro país. El suelo urbanizado se ha disparado y el bosque pierde 240.000 hectáreas en 10 años.

La Comunidad Valenciana y Madrid lideran esta invasión de cemento en la naturaleza virgen.

En una tierra como la nuestra, con altísimo riesgo de desertización, el árbol protege y conserva el suelo. En lugares amenazados por la sequía endémica, el árbol es un aliado imprescindible para la regulación del clima y la lluvia.

Delitos medioambientales graves, con sentencia condenatoria, como los de Xeresa y Pego, son aún excepciones en un territorio sin ley que infringe la normativa europea. Y el nuevo Ayuntamiento de Gandia, del Partido Popular, proyecta un campo de golf en suelo protegido del Marjal.

Los expertos han reclamado mejoras en la ordenación del territorio. Falta planificación y sobran especuladores. El imparable deterioro será irreversible y ya nos ha empobrecido.

“Degradación ambiental y pobreza van juntas” afirmaba Wangari Maathai.

Dicen- y amenazan con lograrlo- que hay que construir todo el litoral virgen. “Olvidan que la virginidad sólo se pierde una vez”, asegura Jiménez Beltrán ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

No corren buenos tiempos para la protección del Planeta. Los buitres planean sobre él y ya hacen negocios con “lo verde”.

El Global Adaptation Institute, cuyo consejo asesor preside el expresidente Aznar, ha lanzado un atlas que guía a los inversores para evitar pérdidas de tiempo. El Global Adaptation Index ayuda a las compañías a hacer negocios y a ver crecer su dinero apoyándose en las debilidades de países necesitados.

México es uno de ellos. Su presidente, Felipe Calderón, ha prometido el dinero de los mexicanos a los proyectos del Institute.

Hoy, sólo quiero quedarme con la franca sonrisa de Wangari Maathai.

2 comentarios leave one →
  1. 28/09/2011 11:10

    Conocí la existencia de esta mujer a través de un documental que vi el pasado verano llamado Nobelity. En él, nueve premios nobel en diferentes campos, daban su visión acerca del futuro de la humanidad. Me gustó muchísimo conocer la opinión de verdaderos eruditos en sus materias, la manera en que cada uno otorgaba un fin diferente según el campo en el que era versado. Esta mujer me llamó la atención por su simpatía y su gracia, explicó claramente la creación del movimiento Cinturón Verde y se le veía una gran ilusión y esperanza de continuar luchando y esforzándose. El documental se filmó en 2005.
    Yo me he criado prácticamente en el campo, mis padres tienen una pequeña finca en Marxukera y he sido testigo, año tras año, del continuo rebose de cemento en esos vergeles incomparables. Soy un fiel defensor de la protección y cuidado del árbol. ¿Qué mejor puede representar a la vida que un árbol? Por lástima, lo estamos perdiendo.

    Un saludo muy fuerte, Agustina.

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