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Nos desprecian

09/10/2014

 

Leer atentamente los Presupuestos Generales del Estado descubre la senda por la que discurrirá nuestro futuro. El que marcan nuestros gobernantes.

Los de 2015 demuestran, con datos, que nos engañan en sus pomposas declaraciones de telediario, en sus mítines partidistas y en sus trileras interpretaciones de la realidad.

No es verdad que les interese la cultura y que aumenten su presupuesto.

El programa de bibliotecas públicas es el gran perjudicado. La política bibliotecaria no existe desde 2012. Su presupuesto ha bajado más de un 60%. Y no se fomentan los planes de lectura.

No es casualidad. Fomentar la lectura, ponerla a disposición del ciudadano es fomentar el pensamiento libre, y eso no les interesa.

Un pueblo culto, que lee, es un pueblo crítico que nunca aceptaría burlas, como la indigna rueda de prensa de la Ministra de Sanidad, que no contesta ante una situación de alarma y que se niega a explicar a la ciudadanía lo que es su obligación: cómo defienden nuestra salud y la de los profesionales sanitarios.

Un pueblo culto nunca admitiría a un ministro, como Arias Cañete, que sólo considerara necesario separar lo público y lo privado cuando lo examinan en Europa. Parece que en este país los ciudadanos no le merecen tanto respeto como los europeos.

Tampoco sale más beneficiada la educación pública. En la legislatura de Rajoy se han recortado ya 570 millones de euros. La cuarta parte del ya escaso presupuesto.

La mayor parte de los fondos se dedicará a subvencionar la concertada, además de regalarles edificios y suelo. Siguen los recortes de profesorado y los programas de ayuda a alumnos necesitados se reducen un 90%. Desaparecen en la práctica.

Estudios sociológicos demuestran que el fracaso escolar afecta más a las rentas bajas. Los hijos de padres sin estudios tienen un 20% más de riesgo de fracaso escolar. Sólo un tercio cursará bachillerato y apenas la mitad de ellos llegará a la universidad. Además, no los quieren en ciertos colegios. Sólo los acoge la red pública.

La escuela del  Partido Popular es el reflejo de una sociedad que pone el dinero sobre la justicia equitativa. Pero sus medios serviles seguirán culpando a la LOGSE y al sueldo de los profesores.

Caen las prestaciones por desempleo, y miles de parados se verán desamparados y sin ayuda. Sólo un 19% cobrará alguna prestación en 2015. Y el paro se mantendrá en un insoportable 25%. Aunque, como ocurre en Gandia, se empeñen en falsear números para demostrar lo indemostrable.

Y tampoco podrán acudir a sus mayores porque las pensiones no logran, con su raquítica subida, absorber la pérdida de poder de compra. Los pensionistas han perdido poder adquisitivo en estos años. Tendrán que pagar sus medicinas y verán denegadas ayudas de dependencia, que sigue congelada.

Y no es porque falte dinero. Los altos directivos de la Administración ganarán un 4% más. Y los consejeros, como Gallardón, seguirán cobrando más de 8.000 euros al mes por una consulta semanal no vinculante.

Esa debe ser la cultura de la excelencia y el esfuerzo del Partido Popular.

Por el contrario, el presupuesto dedicado al Centro de Inteligencia, CNI,  es el tercero en subida. Parece que la inteligencia militar y económica sí les interesa, sobre todo para fichar a los manifestantes, impedir críticas ciudadanas y denuncias de la injusticia que atentan, según sus palabras, contra el “orden constitucional” y la “integridad del estado”.

Sube también el de Defensa y además reconocen que gastarán un 50% más de lo presupuestado. El Ministro Morenés y sus negocios de armas gozan de buena salud.

Da la sensación de que nos desprecian. De que se burlan de nosotros, envueltos en esa prepotencia que sólo viene de su desconexión con la realidad.

Este país se desangra, y los que tienen la obligación de salvarlo parece que hurgan en la herida sin detener la hemorragia.

Necesitamos estadistas políticos que sepan aliviar el dolor de los gobernados, que sufran con sus ciudadanos y sientan el clamor de los desprotegidos.

Estamos hartos de politicastros que nos hablan desde pantallas de plasma, que nos mienten sin recato y que nos insultan cuando nos venden una recuperación falsa que sólo busca arañar votos en las próximas elecciones.

Estamos cansados de mentiras y, aunque no fomenten la cultura, esta sociedad ha madurado a fuerza de sufrimiento. Es más cauta y menos ingenua y no les perdonará nunca. Sus estategas no han calculado bien el daño que hacen.

Esta sociedad empieza a gritar: «¡Basta!»

Ya lo decía Bertolt Brecht,

Las revoluciones se producen en los callejones sin salida.

Imagen 3: Nanna Hänninen, Central Park I, 2012

5 comentarios leave one →
  1. Consuelo permalink
    10/10/2014 8:54

    Estupenda y plástica, visible frase de brecht para terminar. Ojalá una cuarta parte de los que cierran los ojos ante la realidad los abran. Con eso ya habrá un gran avance. Ánimo y siempre con la alegría que da el convencimiento de la solidaridad

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    • 10/10/2014 9:26

      Abrir los ojos, despertar para poder hacer realidad los sueños es imprescindible. Acorralar y despreciar a un pueblo no trae buenas consecuencias nunca.
      Juntos somos más fuertes.

      Gracias por los ánimos y la solidaridad, amiga. No es la fe, es la solidaridad la que mueve montañas.

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  2. 11/10/2014 0:20

    Ya se ve bien claro quién vivió por encima de nuestras posibilidades. Es díficil entender, imagino, cómo se puede vivir con 400€ cuando me compro bolsos de 3000€. ¿eran los psicópatas los q carecían de empatía?

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    • 11/10/2014 8:17

      Se van confirmando las peores sospechas. Psicópatas y sádicos suelen ignorar el dolor ajeno. Dolor que ya está muy por encima de nuestras posibilidades de aguante. Si tensas demasiado la cuerda, se rompe.

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